domingo, 9 de octubre de 2011

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Todo lo que debes hacer es ponerte los auriculares, tumbarte en el suelo y escuchar el cd de tu vida. Pista tras pista, ninguna se puede pasar, todas han pasado y de una forma u otra servirán para ir adelante. No te arrepientas, no te juzgues, sabes quién eres y no hay nada mejor para el mundo. Pausa, rewing, play, aun, aun y aun más. Nunca lo pares, sigue añadiendo sonidos para lograr explicar el caos que tienes dentro. Y si se te cae una lágrima cuando la escucha, no tengas miedo, es como una lágrima de un fan cuando escucha su canción preferida. El resto es solo ruido. 

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-He amaestrado la soledad, hace falta muchísima paciencia. He caminado por ciudades de todo el mundo en busca del aire que respirabas. Dicen que los pensamientos de las personas que se aman siempre terminan por encontrarse, así que me preguntaba a menudo antes de dormirme por las noches si tú también pensabas en mí cuando yo pensaba en ti; fui a tu ciudad, recorrí las calles soñando con verte y  temiendo a la vez que ese encuentro se produjera. Cien veces creí reconocerte, y era como si mi corazón dejara de latir cuando la silueta de una mujer me recordaba a ti. Me juré no volver nunca a amar así, es una locura, en abandono de sí mismo imposible. El tiempo ha pasado, también el nuestro, ¿no crees? ¿te hiciste esa pregunta antes de coger el avión?
+Calla, no lo estropees todo. ¿Qué quieres que te digas? Escudriñe el suelo de noche y de día, segura de que me mirabas desde arriba… De modo que no, no me hice esa pregunta antes de coger el avión.
-¿Qué propones, que quedemos como amigos? ¿Qué te llame cuando este por tu cuidad? ¿Iremos a tomar una copa evocándonos nuestros buenos recuerdos, unidos por la complicidad de lo prohibido? Mientras esté en el cuarto de baño, ¿descolgarás el teléfono para llamar a tu futuro marido, y yo dejaré correr el agua para no oírte decirle <<Hola, mi amor>>? 

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-¿Qué sabes del amor, tú, que sólo has amado siempre a quienes te devolvían una imagen hermosa de ti misma? Mírame a los ojos y háblame de tu boda, de tus proyectos de futuro, júrame que, exceptuando este periplo imprevisto, nada podría haber alterado tu amor por él. ¿Y se supone que tú lo sabías todo de los sentimientos hacia él, del sentido de la vida, cuando no tienes ni la más mínima idea de qué dirección darle a la tuya? Quieres que hablemos a corazón abierto, entonces me gustaría hacerte una pregunta. ¿Cuánto tiempo habrá durado tu historia de amor más larga?, No te hablo de sentimientos soñados. Sino de una relación vivida. ¿dos, tres, cuatro, cinco años tal vez? Qué más da, dicen que el amor dura siete años. ¿Serías capaz durante siete años de entregarte a alguien sin reservas, de darlo todo, sin límites, sin dudas ni temores, sabiendo que esa persona a la que quieres más que a nada en el mundo olvidará casi todo lo que habréis vivido juntos? ¿Aceptarías que tus atenciones, tus gestos de amor se borraran de su memoria, y que la naturaleza, a la que le horroriza el vacío, llenara un día esa amnesia con reproches y anhelos cumplidos? Consciente de que todo ellos es inevitable, ¿encontrarías pese a todo la fuerza de levantarte en mitad de la noche cuando la persona a la que quieres tiene sed, o simplemente una pesadilla? ¿Tendrías ganas todas las mañanas, de prepararle el desayuno, de velar por distraerla todo el día, divertirla, leerle cuentos cuando se aburra, cantarle canciones, salir porque necesitará que le dé el aire, incluso cuando hace un frío helador? Y, al llegar la noche, ¿ignorarás el cansancio, irás a sentarte al pie de su cama para aplacar sus miedos u hablarle de un porvenir que, irremediablemente, vivirá lejos de ti? Si tu respuesta a cada una de esas preguntas es sí, entonces perdóname por haberte juzgado mal, sabes de verdad lo que es amar,